29 April, 2023

La casa de los indígenas no contactados y «fábrica» de aire puro y lluvia para el planeta

El Chaco Sudamericano es el último refugio de los ayoreos en aislamiento voluntario. Al proteger sus árboles, el resto del mundo también se beneficia.

1. Un paisaje grande y sin fronteras

Más de mil especies de aves extienden sus alas sobre el Gran Paisaje de Conservación Chaco-Pantanal. Vuelan sobre esa alfombra todavía verde que une las áreas protegidas de Bolivia y de Paraguay para que la vida no se detenga, para que las amenazas latentes orquestadas por algunos seres humanos, no impidan que los bosques y los pantanales se conviertan en un solo corredor biológico y natural de casi 20 millones de hectáreas. Las aves transportan no solo su canto, sino también, desde las alturas, muestran al mundo la grandeza de un paisaje que, unido, se hace grande y sin fronteras.

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